El año 25 cerrará con buenos números. Porque, aunque Europa por ejemplo no ha crecido por encima del registro del 24, que fue un curso récord (65,6 gigavatios FV instaló el Viejo Continente en aquellos doce meses), lo cierto es que 2025 ha mantenido más que dignamente el tipo (65,1)... Como España, que cerrará este curso con alrededor de 8.500 megavatios más de potencia solar fotovoltaica operativa (entre suelos y techos, o parques y autoconsumos). O sea, que estamos ante el segundo mejor ejercicio de la historia. En megavatios instalados. Tan sencillo como eso. De las sombras que se ciernen sobre el 26... pues habrá que ver. De momento, aquí debajo, las luces del 2025. [Foto].

La energía fue en el principio, según dicen (o big bang), y está en todas partes (según dicen también). La humanidad probablemente lo ha sabido siempre y por eso ha buscado molinos de marea en la costa y norias en el río, invernaderos en la huerta, silicio en la arena, diferencias en el gradiente salino, y toboganes en las olas del mar... Bueno, pues... de todas las tecnologías que no son eólica o solar convencional (pero que también le ponen la chispa a la vida), van las siguientes líneas, o sea, de bombeos reversibles, y de geotermia profunda en una isla, o de minihidráulica, undimotriz, de las mareas... 

La radiación solar, la geotermia y la biomasa son todas fuentes de calor, o de energía térmica, esa que alimenta los hogares (se estima que aproximadamente la mitad de toda la demanda energética doméstica es térmica) y/o esa que demandan los procesos industriales (alrededor del 75% de la demanda de energía de la industria es demanda de calor). Pues bien, de esas formidables demandas (y de esas fuentes REN de calor) contamos aquí. Poque hay mucho calor que contar (kilovatios hora, euros) y/o mucho calor que descarbonizar (toneladas de CO₂... euros).